La historia de un pueblo dividido

La historia de un pueblo dividido

La última década del siglo XIX no aporta novedades concretas sobre la formación de nuevos centros urbanos en el ámbito del actual partido de Lanús, la crisis condicionaba la situación, difícilmente podían sobrellevarse las ventas de parcelas en loteos anteriores; sin embargo en los años finales de ese siglo se concreta la base principal de una localidad destinada a un importante porvenir.

En 1897 la empresa del Ferrocarril Sud compraba a Eliseo Ramírez y herederos de Bernardino Ramírez de LaFuente (descendientes de don Marcelino de Galíndez) una fracción de 1.286.812 metros cuadrados, donde se construyó una estación y la planta de talleres inaugurados el 26 de octubre de 1901.

El lugar en cuestión está ubicado en lo que fuera el deslinde de la Estancia del Rey o de Zamora con las estanzuelas de Ortiz y de Galíndez, lo cual significaba una serie de cambios de rumbos, complicada todavía más con las orientaciones que se dieron a las mercedes de tierras dadas a Marcos y Juan Ramón Balcarce, y a las chacras de Lomas de Zamora.

Pero también era entonces la zona límite entre los partidos de Avellaneda y Lomas de Zamora, marginal para uno y para otro, y ninguna de ambas municipalidades previó formar un plano director que remediara las consecuencias posibles de aquella situación de tiempo atrás, y se dejó a los propietarios amanzanar y lotear sus latifundios como mejor les conveniese; el resultado fue un tejido urbano confuso y amorfo.

Paulatinamente, aquella estación intermedia entre Lanús y Banfield, que a falta de otro nombre se bautizó “Talleres”, sería también un centro focal de desarrollo urbano, alentado por la empresa ferroviaria que construyeron viviendas para su personal allí empleado y un club para la totalidad de sus agentes.

Pero (la paradoja sigue) la magnitud misma de las instalaciones de la empresa habría de ser también un factor adverso para la integración ágil entre la estación y el pueblo que se nucleaba en su contorno, provocando incluso una desvinculación entre los sectores este y oeste de la localidad, pues la distancia entre líneas de edificación es del orden de los 600 metros; además, la composición urbana no es simétrica: la estación se abre hacia el oeste, reforzando la secular influencia del camino real (avenida Hipólito H. Yrigoyen), en tanto los talleres dan la espalda al este, contribuyendo a dejar rezagado ese otro sector.

Esta situación fue comprendida muy rápidamente por el Consejo Escolar de Lomas de Zamora que en los sectores de su jurisdicción (sudoeste y sudeste) estableción sendos institutos: la escuela Nro 16, en marzo de 1902, a cargo durante quince años de la Srta. Isabel Tait; la escuela Nro 23, en junio de 1905, cuya primera directora fue Jacinta Pecorelli.

En el sector oeste de Talleres bajo jurisdicción lomense, se establecen durante el año 1909 las escuelas Nro 30, Nro 33 (vespertina para adultos, con asiento en el local de la Nro 16), y la Nro 34 que posteriormente adquirió nivel de escuela experimental.

También la autoridad eclesiástica quiso estudiar objetivamente el caso singular de esta población dividida en dos por el ferrocarril y vuelta a dividir en cuatro por el límite intercomunal.

En su informe de inspección al Obispado, expresaba el Pbro. Gambier en 1923: “…para una buena división parroquial, deben considerarse los partidos de Lomas y de Avellaneda como si fueran uno solo. Poblaciones que se inician en el partido de Avellaneda se extienden en edificación compacta hacia el partido de Lomas. (La población de Talleres tiene su estación en el partido de Avellaneda, extendiéndose la mayor parte de su población ne el partido de Lomas). Y otras se inician en Lomas y se extienden en Avellaneda. Villa Barceló (Avellaneda) es la continuación de la planta urbana de Banfield…”.

Por ello, al concretarse el 2 de febrero de 1924 la erección canónica de la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, se le otorgó jurisdicción sobre los sectores pertenecientes a uno y otro municipio; fue su primer párroco Mons. Rómulo Digiorno; el 9 de septiembre de 1928 el Obispo Mos Alberti bendijo la piedra fundamental del templo actual y el 13 de septiembre de 1931 el mismo prelado ofició su habilitación provisional.

El 22 de julio de 1923 el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, a pedido de vecinos de la localidad, disponía que la estación “Talleres” del Ferrocarril del Sud se llamara en adelante “Remedios de Escalada”, denominación que entró a regir el 3 de agosto de aquel año, en el centenario del fallecimiento de la ilustre dama. El 10 de abril de 1926 el Consejo Deliberante de Lomas de Zamora hizo oficialmente extensiva la nueva designación de la estación a toda la zona del municipio llamada hasta entonces Talleres.

Con posterioridad a la creación del partido de “Cuatro de Junio”, concretada en 1944, se afrontó la posibilidad de reunir a toda la localidad de Remedios de Escalada bajo la jurisdicción única del nuevo municipio; hubo entonces opiniones encontradas en el seno del vecindario interesado, pero el decreto provincial del 13 de junio de 1845 dispuso separar del partido de Lomas de Zamora una extensión de aproximandamente 10 kilómetros cuadrados, unificando al fin, administrativamente, a esta localidad de tan fortuita historia.