“Mi barrio” por Teresa Loreffice

“Mi barrio” por Teresa Loreffice

Nací y crecí en un barrio de casitas bajas, calles de tierra y veredas de ladrillos, con bancos de madera en sus frentes, donde aprovechando la sombre de los paraísos, se sentaban los vecinos a conversar, o a tomar mate. Un barrio de viviendas con jardín al frente, patios con parrales y fondos con higueras y magnolias. Donde se escuchaba el canto de los pájaros, y donde el perfume de los cercos de madreselvas y retamas amarillas, se mezclaban con el de las acacias y paraísos. Un barrio que nos despertaba con el canto de los gallos, el trinar de los jilgueros, el grito del lechero, el silbato del tren que se oía a lo lejos; y por la noche, la ronda del vigilante, era como un aviso para que descansemos tranquilos, porque él nos cuidaba. Mi barrio, que cuando salíamos del colegio, y después del mate cocido a la cascarilla con leche, salíamos a jugar las chicas a la rayuela, o a las figuritas, y los varones al rango o a la bolita. Época hermosa, sin maricones ni internet, pero con una simpleza y compañerismo. Hoy han pasado muchos años, los recuerdo con nostalgia, y cuando alguna vez regreso, veo con tristeza que el lugar está pero mi barrio ya no existe…